El nuevo presidente de la JCF tomó el pulso a la fiesta por primera vez en la Asamblea de Presidentes. Pero una primera vez desde la mesa, la tribuna de presidencia, ya que Galiana es un viejo conocido de ‘la soberana’. Precisamente, en sus primeras palabras a los dirigentes falleros, el concejal de Cultura Festiva recordó sus intervenciones “batalladoras” frente a Francisco Lledó, él como presidente de JCF y Galiana como presidente de la falla Sevilla-Dénia.
“Fui un presidente batallador, puede que incómodo, y supongo que Paco Lledó, con el que tengo una buena relación, muy buena relación, y que era en ese momento presidente de JCF, recordará alguna de mis intervenciones en la Asamblea”, confesaba Galiana. “Digo esto porque me gustaría que durante el tiempo que presida esta Asamblea seamos capaces de ser batalladoras y batalladores, incluso incómodos, pero siempre desde el respeto. Que podamos después cruzarnos por la calle y saludarnos con la normalidad y la germanor que siempre me ha enseñado el mundo fallero”, apostillaba.
Un discurso sobre la realidad actual de la fiesta, la cancelación, y las novedades al respecto de la ventanilla virtual, la presentación de censos y otros particulares al respecto de la organización de la fiesta concluía el primer informe de presidencia de Galiana.
“Me gustaría que durante el tiempo que presida esta Asamblea seamos capaces de ser batalladoras y batalladores, incluso incómodos, pero siempre desde el respeto”.
Con la ayuda del 37,5 % de subvención extra, concedida para paliar el perjuicio económico que supuso la suspensión de las Fallas en marzo, hecha ya efectiva, el concejal explicaba algunos detalles de cómo se iba a plantear la subvención del 25% en los próximos dos años, todo dentro de un plan de trabajo a dos años que busca apoyar la falla y el oficio de artista fallero. Esta subvención estará supeditada a que la comisión se gaste un mínimo del 75% del presupuesto que se gastó en falla en 2020 tanto en 2021 como en 2022. La falla que no entre en la subvención de 2021 no podrá obtener la de 2022, precisamente por ser un plan a dos años.
Posteriormente, en el turno de ruegos y preguntas, muchos presidentes preguntaron diversas cuestiones sobre el modelo de subvención, que permite destinar ese gasto de 2021 a pequeñas reparaciones y a la falla de 2022, o como primera parte de la falla de 2022. También el supuesto de que el artista cambie está contemplado si hay distintos gastos.
Galiana debutó en una sesión maratoniana de más de dos horas y media que comenzaba, al igual que el pleno de JCF de la pasada semana, guardando un minuto de silencio en señal de recuerdo por los fallecidos a causa del coronavirus, especialmente a los falleros y falleras.
La videoconferencia, durante la cual hubo 305 participantes conectados, presentaba en esta ocasión un fondo virtual más discreto, en blanco, con el escudo de JCF, y con una disposición similar al pleno, incluyendo en la mesa de presidencia, junto a Galiana, al secretario general y el secretario de actas, y al lado los vicepresidentes.
La Asamblea de Presidentes comenzó guardándose un minuto de silencio en señal de recuerdo por los fallecidos a causa del coronavirus.
El turno de ruegos y preguntas fue extenso, con muchas dudas sobre el funcionamiento de un ejercicio atípico que ha de tomar forma a partir de la constitución de la nueva JCF y el nombramiento de la nueva directiva del ente. Lo que sí se vieron fueron algunas de las cuestiones que sobrevolarán la actualidad de las fallas los próximos meses, como el Reglamento Fallero y el Congreso Fallero, insistentemente solicitado por Galiana durante su etapa de presidente de comisión.
En la sesión se trataron algunas de las cuestiones que sobrevolarán la actualidad de las fallas durante los próximos meses.
La posible celebración de una Exposición del Ninot en 2021; los campeonatos deportivos y concursos como el de teatro o declamación, y su posible reinvención; los aniversarios de las fallas y la posibilidad de un apoyo a la indumentaria desde JCF, “no un espolín Fallera Mayor”, dijo Galiana, planteando que igual “habrá que ver si a las cortes hay que hacerles otro traje, o no hay que hacérselo, o hay que retocar los que tenemos” o “en vez de un espolín hay que sacar una seda”. Todo ello, ideas y propuestas, salieron a la palestra en una asamblea que cerró ‘virtualmente’ sus puertas ampliamente pasadas las diez y media de la noche.