Tras confeccionarle un "trono" a la antigua usanza, el capitán cristiano, Enrique San Andrés, tomaba la palabra para explicar el sentido de este emotivo acto, inmediatamente después, los caballeros de Mío Cid tomaban posiciones en torno a la homenajeada, Inmaculada Escudero y una embajada de la falla Serranos entregaba una espada con un mensaje alusivo a este homenaje.