La falta de experiencia y el desconocimiento de modales necesarios para seguir dando la talla que desde tantos años atrás viene ofreciendo esta emblemática falla, se han evaporado. Y esto sí que es una verdadera pena. Pero es que, además, hasta los más veteranos reconocen el cambio experimentado, lo que me ha motivado para hacer público el dato. Convento no puede poner en manos de inexpertos sus actos públicos, porque es la imagen que se trasmite y lo que tantos años ha costado, no debe perderse tan de repente.