La ciudad de Valencia vivió el domingo 3 de junio una de sus fiestas más importantes, la antaño conocida como ‘festa grossa’ de la capital del Turia. El Corpus valenciano y su abanico de momentos únicos inundaron las calles del centro histórico.
La Cavalcata del Convit saldría por la mañana, como manda la tradición, para invitar al pueblo a participar de la procesión vespertina, en la que las Rocas, las danzas y los personajes bíblicos componen un conjunto singular, inconfundible y propio impulsado por el trabajo que realiza la asociación Amics del Corpus.
Hay que recordar que el papa Urbano IV instituyó la fiesta en honor de la Eucaristía en 1264. Las procesiones fueron apareciendo con posterioridad, y en Valencia fue el obispo Hugo de Fenollet, quien acordó organizar una procesión en las calles de la ciudad el 4 de junio de 1355.
Las Falleras Mayores de Valencia, Rocío Gil y Daniela Gómez, participaron en la procesión incorporando a la Reina de Saba y a un ángel, respectivamente.
La lluvia no logró deslucir el día grande de la fiesta y respetó la celebración de la procesión, que cuenta con la Custodia más grande del mundo, obra del orfebre Pajarón.