La ciudad de Valencia celebró el pasado fin de semana su ‘festa grossa’, el Corpus Christi, con un conjunto de actos festivos que sacan a la calle las tradiciones, el colorido y la fe de forma única, y que se mantienen año tras año gracias a la labor de la asociación Amics del Corpus.
El domingo por la tarde tuvo lugar la procesión del Corpus, en la que las Rocas, las danzas y el desfile de personajes bíblicos preceden a la salida, por la puerta de los Apóstoles de la Catedral, de la Custodia, considerada la más grande del mundo, con 600 kilos de plata y 8 de oro además de perlas y piedras preciosas donadas por los valencianos, que fue diseñada y realizada desde 1942 durante 12 años por el orfebre valenciano Francisco Pajarón.
La celebración de la solemnidad litúrgica del Corpus Christi en Valencia se remonta al siglo XIII, aunque la procesión eucarística fue introducida años después por el obispo Hugo de Fenollet que convirtió a Valencia en la segunda ciudad de España, después de Barcelona, en organizarla.
Hay que señalar que el mundo de las fallas está ampliamente representado en esta tradición. Asimismo, en la procesión participaron, como es habitual, las Falleras Mayores de Valencia encarnando a dos de los personajes del séquito.