ImageSalvando excepciones, cada vez nos estamos teniendo que tragar blasfemias, palabras soeces y frases de mal gusto cuando asistimos a un acto en público o abrimos la pantalla del televisor.
Al parecer ya no se puede hacer teatro, series, reportajes y comparecencias, sin que aparezca el recurso fácil del vulgar taco, insulto, alusión o afrenta, como regla insubstituible del guión, cuando de lo que se trata es de caer en gracia no sabemos a quién, aunque tengamos claro el linaje de los palmeros en concretas comparecencias.
Esto es lo que ocurrió el pasado día 9 de enero en el Teatro Principal de Valencia, con motivo de celebrarse "La Gala de la Cultura" nada menos, que organiza la Junta Central Fallera.
Los tres actores y a su vez autores que parodiaron la presentación del programa en sus dos partes, se despacharon con un vocabulario impresentable y ofensivo para buena parte del respetable, que no siempre acepta el bochorno y la vergüenza ajena
delante de sus narices.
Los Zamora y Sarro en particular, hicieron gala en público de su cultura zafia e incongruente para tal motivo y lugar.
Actores supuestamente profesionales y por tanto de contrastada virtud, cabe imaginar que no necesitan de estos amparos para justificar sus excelencias, cuando entre la concurrencia puedan haber personas que se sientan ofendidas por sus creencias o simplemente por su depurada educación.
De ahí el escaso porcentaje de ovaciones que se escucharon detrás de cada astracanada desde el escenario.
La Delegación de Cultura de Junta Central Fallera debería diversificar sus actuaciones, para evitar el que se nos comente en opinión de los más asiduos las repetitivas designaciones en todo cuanto rodea estos eventos.
Y por supuesto recomendar cierta ética para los textos e infundir un halo de respeto para cada caso, el todo vale es lo fácil, lo demás cuestión de conceptos, imaginación y conducta.

Punto y aparte
Por si sirve de algo y como consecuencia de ciertos cambios de impresiones con personas interesadas de los cuatro sectores de allende los taxímetros, véase Quart de Poblet, Chirivella, Mislata, Benimàmet, Burjassot, Beniferri y Poblats del Sur, no verían con malos ojos el desfilar en la ofrenda el día 18 de marzo por la mañana, evitando de esta manera problemas con los desplazamientos, niños, horarios y regresos a sus puntos de partida.
Naturalmente habría que hacer una consulta entre todos los implicados, valorar y argumentar la propuesta en todas sus dimensiones.
Son 54 comisiones el total cuya vinculación con las fallas de la ciudad data, según documentos que se guardan en archivos privados, de 1919, cuando el Ayuntamiento de Valencia incluyó en
las rutas falleras a distintas fallas de
Burjassot, Mislata y Chirivella.
En la actualidad las comisiones afiliadas en las cuatro poblaciones limítrofes no quieren ni oír hablar de desvincularse de Junta Central Fallera, crear su propia Junta Local, ni nada por el estilo -como ya se intentó sin éxito en el último Congreso General Fallero-, prefieren seguir su reconocida tradición y por encima de todo desfilar cuando toque por el cap i casal.
Aunque ya es sabido que cuando se habla de dar soluciones a la ofrenda cada cual mira sólo por su parcela, sería importante contrastar las opiniones de los interesados de estas poblaciones y pedanías, al tiempo que contemplar el alivio que supondría eximir más de medio centenar de comisiones para la concentración de las dos tardes.

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