Tras cuatro años de legislatura donde el colectivo fallero ha tenido que soportar carros y carretas como consecuencia de los empecinamientos de quien ha regido el destinos en este periodo de tiempo, y dada la proximidad de comicios que podrían modificar presente y futuro de nuestra fiesta, surge la duda y la preocupación de volver a caer en manos de otra persona que obvie a quienes desde hace mucho tiempo han sido capaces de sacar adelante un festejo que tanta cultura y prosperidad ofrece a Valencia.
Y no me estoy refiriendo a siglas de partidos políticos, que también podría ser, sino a personas que ocupen esos cargos que les permiten esas intromisiones. Porque siempre ha habido sus más y sus menos con dichos representantes, pero en esta legislatura se ha pasado de castaño a oscuro.
A pesar de encuestas y comentarios más o menos interesados, lo bien cierto es que mientras no acabe el escrutinio del voto la pelota sigue en el tejado y el fallero seguirá temiendo por los resultados, y por ende por aquella persona que ocupará el despacho en la sede de Junta.
Y es que al fallero no le debe importar en demasía el color de quien gobierne, eso lo tiene claro, lo mismo que lo tenemos claro los demás; el temor, insisto, está en que la persona que dirija su destino ha de ser alguien que sienta la fiesta, que entienda la filosofía del colectivo y que su meta siempre esté dirigida a beneficiarla y potenciarla. Mientras que esto no sea así, el futuro será incierto para las Fallas.
El colectivo ni quiere un presidente ajeno a la fiesta ni un equipo de asesores que, como en el caso actual, miren para un lado distinto. Son muchos los temas a tratar por una directiva y por lo tanto la línea a seguir debe llevar una misma dirección.
Lo que el fallero no va a consentir es el desprestigio de la fiesta, la desconfianza que la mala gestión pueda suponer ante ese público desconocedor de lo que significan las Fallas, porque, insisto por enésima vez, esta fiesta es contributiva, aportando millones a las arcas públicas con lo que la ciudad se beneficia de mejoras en sus infraestructuras.