Llegamos a finales de junio y lo hacemos tal y como empezamos, con las mismas inquietudes y preocupaciones. Pensamos que avanzamos, y no, de golpe y repente nos viene una dosis de realidad y nos damos cuenta que estamos paralizados, por no decir que hemos retrocedido. Y con ello me refiero a los acontecimientos vividos en la primera jornada de celebración de la fiesta de San Juan, donde se vivieron acontecimientos desagradables y, por qué no decirlo, deleznables, que como mínimo te hacen reflexionar. Estos sucesos no los voy a nombrar, ya que son de sobra conocidos, y flaco favor nos hacen como sociedad, aunque también tengo claro que las sonrisas ni en el Botánico ni en Ruzafa desaparecerán.
Llega el mes de junio, y con él, les Fogueres de Sant Joan. Un año más disfrutamos de un trabajo excepcional de nuestros artistas. Desconozco los premios al escribir esta columna, pero sin duda obtendrán un fantástico resultado. Hemos visto unas hogueras donde priman la calidad y acabado ante el volumen, en trabajos milimetrados, estudiados y elegantes, muy elegantes. Calificativos cien por cien adaptables a las hogueras infantiles, donde hemos descubierto unos trabajos muy elaborados, pensados y de calidad diez. Unas fiestas que hacen de Alicante una ciudad de visita obligada y necesaria cuando llega este mes.
Y mientras en Valencia, seguimos a la espera de conocer el Gobierno Municipal y el reparto de funciones para saber finalmente el nombre de quien dirigirá nuestra fiesta en el ámbito municipal. Poco se sabe de las negociaciones, y si finalmente la cartera de Cultura Festiva caerá de un lado u otro, o quizá solo de uno, en el caso ya saben ustedes, de un Gobierno en minoría, que visto lo visto a día de escribir esta columna, era una posibilidad, o así lo daba a entender el alcalde Joan Ribó. Sea la situación que sea, esperemos que se conozca lo antes posible y podamos poner la maquinaria al cien por cien. Ya sabemos quiénes son los candidatos y quién es la candidata, ahora solamente falta esperar y comenzar a trabajar, que por falta de trabajo no es.
Una maquinaria, la fallera, que no ha dejado de trabajar y preparar este julio, donde las preselecciones de las que ya son candidatas a Falleras Mayores de Valencia 2020 serán las protagonistas indiscutibles en este mes estival, que trae el inicio de un proceso que acabará a mediados de octubre. Un proceso que, guste más o menos, genera un movimiento muy grande de ilusión y expectación en nuestro colectivo.
Otro de motores de la fiesta, la Interagrupación de Fallas, cambia de presidente y directiva con nombres muy conocidos en el mundo fallero. Guillermo Serrano presidirá la misma, y lo realizará, sin duda, con la misma pasión y tesón que lo ha hecho en la agrupación ruzafeña. Un hombre con las ideas claras, cien por cien fallero, conciliador y solidario, pero sin perder nunca ese sentimiento de orgullo fallero que todos deberíamos tener, creyendo firmemente en lo que se está haciendo. Desde aquí, Guillermo, darte la enhorabuena y desearte suerte y acierto.