Muchos, demasiados, han sido los días que se ha estado negociando el gobierno del Ayuntamiento de Valencia. Muchos días, muchas horas y muchas propuestas que no han servido para otra cosa que para reafirmar lo que se preveía desde un principio. Y es que se veía venir, aquí no da nadie su brazo a torcer, y digan lo que digan y hagan lo que hagan, la pelota sigue en el tejado de quien ya la guardaba.
Cierto es que las mayorías en votos tiene sus ventajas a la hora de determinadas decisiones, pero también es cierto que aquí de lo que se trata es de gobernar con esa mayoría que ha de negociarse. Y vaya si se ha negociado.
Compromís ha hecho sus deberes y le ha salido redondo; no tanto a los socios que, imaginamos, presionados por el gobierno de la Comunidad, se han conformado con sillones para los componentes de su lista, y pare usted de contar.
Cuatro años de controversias por el empecinamiento de algunos nos observan, y cuatro años tenemos por delante. O mucho cambia la cosa, o viendo la arquitectura política del equipo que lidera, que va a ser el mismo, poco va a cambiar la situación. También puede darse la circunstancia de lo contrario, que se quieran cambiar las cosas y se modifiquen actitudes, no ya por iniciativa propia, sino porque el futuro a dos años aboque a cambiar la táctica.
Un tema a tener en cuenta de cara a la legislatura que comenzamos es la nueva directiva de la Interagrupación y su presidente, el cual no es una persona que se achique ante las circunstancias ni sea fácil de doblegar. Con él va a ser un tanto difícil jugar o acobardar. Y eso lo saben todos.
La crisis de los artistas falleros
Un gran problema que acucia a la fiesta es la grave situación por la que está atravesando el sector de los artistas falleros. Es primordial que el colectivo les apoye sin pensarlo dos veces, pero también es importante que los artistas piensen en cómo resolver su crisis económica perjudicando lo mínimo. Lo de los 14 metros es irrelevante, pero si ha servido para despertar a propios y extraños, bienvenido sea. Es necesario un equilibrio en eso de los presupuestos, que ni unos ni otros salgan perjudicados, y que se pueda tirar hacia adelante. Lo que no se debería hacer es poner limitaciones generalizadas para no perjudicar a aquellos que contando con medios económicos quieran ir tan lejos como les sea posible.
Hay que seguir en el empeño, fundamentalmente los artistas mesurando sus métodos, controlando las malas competencias, la intrusión y otros perjuicios que tienen o que pudieran llegar.
Verano y descanso
Y llegados a este momento, hay que echar el freno, descansar, cargar las pilas de energía y volver en septiembre con nuevos ánimos. Feliz descanso.