Las puertas del Palau de la Música volvían a abrirse el día 27 de enero para acoger al mundo de las Fallas y la sociedad valenciana que se reunían para rendir pleitesía a la reina de la fiesta fallera del año 2017. Sería el último viernes del primer mes de año el escogido para realizar la solemne exaltación de la Fallera Mayor de Valencia, Raquel Alario Bernabé, y su Corte de Honor.

Raquel Alario abandonaba su casa en dirección al Ayuntamiento acompañada por su Corte de Honor. Y era en ese preciso instante cuando se desvelaba el secreto mejor guardado representado por un color: Rojo Toscana. De esa tonalidad era el espolín Fallera Mayor de Valencia tejido por Garín 1820. Según los responsables de la firma sedera, "Raquel tenía muy claro que quería un color oscuro para su Espolín y después de pensarlo, consultarlo con la familia y darle muchas vueltas se decidió por un color que antiguamente se utilizaba mucho. Un color Rojo Toscana con un punto de marrón y otro de azul que le confieren un carácter muy elegante”.  

Ya en el hall del Palau comenzaba la noche con las llegadas protocolarias que precedían a las protagonistas de la noche, caso de las reinas de las fiestas de Alicante y Castellón.

El programa de mano de exaltación era la primera publicación en presentar uno de los cinco sentidos que protagonizan la imagen de las Fallas 2017, realizada por Luis Demano y Joan Quirós. En su interior, el poeta Donís Martín, de la misma manera que ocurría el año pasado, glosaba la figura de la máxima homenajeada de la velada.

Por fin era el momento de recibir a la Corte de Honor y la Fallera Mayor de Valencia, que llegaban al Palau a bordo de los coches de época de ‘Antequera Classic’. La máxima representante de la fiesta realizaba su llegada al Palau de la Música en Rolls Royce 25/30 del año 1938.

Los indumentaristas Luis Serrano y Ana Navalón se encargaban de que las máximas representantes festivas accedieran a la sala correctamente y con sus trajes perfectos.

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, junto con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, y la presidenta del Palau de la Música, Glòria Tello, recibían a Raquel Alario, Fallera Mayor de Valencia, que llegaba acompañada por el presidente de la JCF, Pere Fuset, y por la mantenedora, Susana Gisbert.

Una vez todos los participantes de la noche se encontraban en el Palau, se iniciaba, diez minutos sobre la hora prevista, la primera parte del evento con la participación de la compañía de Susana Renau, que volvió a ser la encargada del espectáculo que compone la primera parte de la exaltación de la Fallera Mayor de Valencia. En este caso, y bajo el título de ‘Un mundo para Raquel’, cuatro países con el emblema de poseer ya algún Patrimonio de la Humanidad enviaban su bienvenida a las Fallas.

Paco Sivera, quien hace pocas semanas dimitía de su cargo de delegado de Festejos de la Junta Central Fallera, era el encargado de leer los pasajes introductorios de cada danza, algo que agradó a los falleros asistentes. A lo largo de la narración iban apareciendo países exóticos y lugares lejanos que se entrelazaban con aspectos puramente valencianos. El Colegio del Arte Mayor de la Seda, la pólvora y el Tribunal de las Aguas eran algunos de ellos.

El número de danza que dio por concluido el espectáculo era una representación de la fuente de la plaza de la Virgen, obra de Silvestre de Edeta. En ella, el río Túria y sus ocho acequias tomaban forma de bailarines y eran acompañados por focos puntuales con los tres colores de la Real Senyera.

En el patio de butacas, además de las falleras mayores de las comisiones, hay que subrayar la presencia de presidentes de falla, una de las novedades del año.

Con la finalización de esta primera parte llegaba el descanso y la preparación para el núcleo gordiano de la noche. El momento del protocolo.

La Banda Municipal de Valencia, dirigida por el maestro Fernando Bonete , pasaba a interpretar el himno de la fiesta por antonomasia, ‘El Fallero’. A continuación, Rafael Martí Monforte, presidente de la falla Ángel del Alcázar-José Maestre y voz en off de las exaltaciones, anunciaba la presencia de las componentes de la Corte de Honor, que recibían sus bandas de manos del concejal de Culturan Festiva, Pere Fuset. Beatriz Aspas García, Raquel Montero Marqués, Paula Ortiz Rubio, María Pérez Leal, Patricia Navarro Pla, Carmen Llopis Borrego, Teresa Mocholí Pérez, Marta Martínez Gomis, Clara Romero Ibernón, Rebeca Gómez Pastor, Sara Monsalvatje Pérez y Carmen Engo Marí vivían así su momento más especial.

La voz de Rafa Martí pronunciaba la fórmula tradicional y el Palau se ponía en pie para recibir a la Fallera Mayor de Valencia, Raquel Alario Bernabé, acompañada por el alcalde de la ciudad, Joan Ribó. Él era el encargado de imponerle la banda acreditativa de la máxima distinción representativa de la fiesta. Raquel accedía a la Cadira d’Or entre aplausos.

Sélica Baixauli Salvador y Rubén Monllor Sáez participaron en la exaltación como pajes de Raquel Alario, con quien compartieron el honor de ser los representantes de la falla Fernando El Católico-Ángel Guimerá en el año 2016.

Hay que destacar siempre el conjunto artesano que compone la indumentaria oficial de la Fallera Mayor de Valencia y su Corte de Honor, cuyos trajes son obra de la firma Serrano i Navalón. Esta empresa ha contado con puntillas de Santos Textil para los trajes de las Cortes, cuyo tejido, un lampazo estrecho de seda natural denominado ‘Alegría’, está realizados por Vives y Marí. Garín 1820 ha tejido el espolín de Raquel.

Las bandas son responsabilidad de la conocida firma Artesanías Llobe. Los aderezos son de Art Antic. Los cancanes del modelo del S. XIX son de la firma La Llar del Fil, mientras que para el modelo del S. XVIII cuentan con Ma-Vi-Mar. Artesanía Castillo es la empresa encargada de las peinetas.

Cositas Pintadas aporta los abanicos creados para Raquel y su Corte de Honor con puntillas de Santos Textil. Las ‘Joias’ son de Isidro Calvete, los calcetines son de Elvira Bella, los delantales y pañuelos de la Fallera Mayor de Valencia y su Corte de Honor son de Hijas de Carmen Esteve, los pañolones de Camilo Miralles, los zapatos de Solepiel y la posticería de Teresa Caballer completan el conjunto.

Las canastillas de flor tomaron el escenario del Palau de la Música en los momentos previos a la intervención de la mantenedora. En ese instante Raquel recibió las visitas de las reinas de las fiestas de Castellón y Alicante. La Reina de las Fiestas de la Magdalena de Castellón, Estefanía Climent, y la Bellea del Foc de Alicante, Ana Belén Castelló, dieron la enhorabuena a Raquel en uno de sus días más felices.

Como colofón a la parte protocolaria de la noche, se dio la palabra a la mantenedora, Susana Gisbert Grifo. Licenciada en derecho por la Universidad de Valencia, es fiscal desde 1992. En la actualidad es fiscal portavoz de la Fiscalía Provincial de Valencia y fiscal especialista de la Sección de Violencia sobre la Mujer desde que se creó.

Ha participado activamente en acciones formativas sobre violencia de género y medios de comunicación, pertenece al grupo de Expertos de Sanidad y colabora con diversos colectivos profesionales en su especialización en violencia de género. Igualmente, colabora en diversos medios de comunicación con aspectos relacionados con su especialización. Es coautora del libro ‘Género y violencia’.

Gisbert es fallera de la comisión Cádiz-Dénia y tiene una trayectoria literaria que ha sido distinguida con varios premios y reconocimientos.

DISCURSO DE SUSANA GISBERT

La soprano Mónica Bueno Muñoz fue la encargada de interpretar el himno de la Comunitat Valencia, al que siguió el himno de España, colofón del acto protocolario.

Con el ramillete de fuegos artificiales disparado por la Pirotecnia Vulcano finalizó la noche de la exaltación de Raquel Alario como Fallera Mayor de Valencia.

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