El argumentario político es en ocasiones complejo, llevándote a situaciones donde dudas de si lo escuchado es lo dicho, o si lo oído es lo escuchado.
En materia fallera, principalmente los plenos o asambleas de presidentes, lo bueno sería poder leer o escuchar lo dicho, un ejercicio de transparencia que tanto nos han vendido, portal oficial incluido, y que más allá de la foto, poco o nada se demuestra. Sólo hay que recordar que hoy en día no se pueden escuchar los audios de las Asambleas como sucedía antaño a pesar de seguir siendo grabados; que los resúmenes en la página web del organismo rector aparecen, y cómo aparecen, cuando los nietos de los Alcántara han tomado ya la primera comunión, o que las actas de la Asamblea tampoco son públicas por muy OAM que sea JCF.
Quizás sea un problema del secretario de actas, más preocupado según leo en publicar sus gustos musicales y valorar opiniones de presidentes, por muy pueriles que éstas sean, que de diferenciar entre lo que dicen falleros o políticos, y apremiarse en sus quehaceres falleros.
Igual el inconveniente viene del área de medios de comunicación de JCF, más pendiente al parecer de contraprogramar o hacer una “competencia desleal” a los medios de comunicación, que de facilitarles el trabajo para difundir la fiesta fallera. Esa fiesta que, por ejemplo, volvió a FITUR a bombo y platillo, pero cuya presencia todavía esperamos constatar de forma oficial ya que no tuvimos ni nota de prensa ni fotografía que acredite la presencia de la Fallera Mayor en la capital del Reino. Mientras de la fiesta de las Hogueras facilitaban hasta videos, en Valencia los medios de comunicación nos tuvimos que conformar con unos “selfies” o “egofotos” vía redes como si del diario de un viaje de fin de curso se tratase, o leer la exclusiva días después en ese medio encubierto llamado Fallas.com. Pero tranquilos, están profesionalizando JCF y somos candidatos de la UNESCO. Es recordarlo y todavía me emociona la implicación que han logrado del colectivo fallero gracias al esfuerzo de ésta y la anterior concejalía, y qué decir de los beneficios que para los falleros han conseguido de alcanzar el ansiado logro. Los pelos como escarpias.
El caso es que con esta interpretación tan particular del uso y la difusión de la información, no recuerdo si exactamente lo que dijo el concejal en su momento era que publicar en lengua valenciana, así como los versos de Ampar Cabrera en el Libro Oficial Fallero, esos versos solicitados por la anterior directiva como por ésta, aunque luego dicen que no fue así, suponían un acto de prevaricación inadmisible por no sé cuál obligación estatutaria, que en resumen les negaba a los colaboradores su libertad creativa, pero que ahora pese a tener un informe técnico que le respalda en respuesta a una determinada pregunta, sí se pueden publicar pero de forma “excepcional”, ¡Ay, Don Camilo! Qué razón tenía con aquello de que no era lo mismo “estar jodido que jodiendo”.
Reconozco no ser experto en leyes, pero si les da como a mí por hacer unas llamadas y preguntar a los profesionales que los hay y muy buenos en esto de las leyes, díganme si alguno encontró la razón jurídica que permite “prevaricar de forma excepcional”. Serán cosas de mi cabeza, del influjo de las “Magas de Giner” o quizás de la ley del embudo, que si recuerdan, ni es norma ni escudo.