Carro vacío

Raul 01ok

¿Qué premios ganasteis en el ejercicio anterior? ¿En falla? ¿En playback? ¿Y en teatro? ¿Petanca? ¿Cómo han quedado las candidatas de tu comisión? Ahora piensa en cuántas actividades has participado que no fueran una ‘competición’.

Pues sí, poco a poco entramos en una dinámica en la que por todo competimos a ver quién es el mejor, y que conste que no culpo por esto a nadie, diríamos que es algo que inherente en nuestra sociedad.

Siempre he visto al universo fallero como el mundo competitivo por excelencia; de hecho, apuesto a que este año surge algún concurso nuevo (cosa que me parece muy bien), pero me pregunto: ¿Podríamos realizar estas actividades sin el sistema competitivo?

Si tu respuesta es no, tienes muchas razones, como que la ‘competitividad’ bajaría o que sin ‘resultados/recompensas’ perdería nivel… Y en parte es cierto, pero eso sólo depende de nosotros mismos, es cuestión de apostar por esa actividad y realizarla lo mejor posible sin que te pongan el ‘gomet’ por hacerlo bien, es decir, como se inculca los niños: debes hacerlo bien para mejorarte a ti mismo, no por el hecho de la recompensa. ¿O una vez mayores eso ya no vale? ¿No crees que podríamos cambiar nuestra perspectiva?

Por ejemplo, en el ámbito puramente cultural y artístico de nuestra fiesta estamos llegando a un punto en el que se pierden bases intrínsecas. Sin ir más lejos, en las fallas se pierde crítica, sátira y composición con tal de ganar o quedar mejor, en guiones y llibrets se hacen versos ‘diana’ con los que se sabe seguro que suman puntos, en teatro se representan obras y estilos que podrían actuar solas por los años que ya han pisado los escenarios. En el ámbito de las Falleras Mayores todos queremos desterrar estereotipos, pero hasta yo he hecho ‘quinielas’ donde la personalidad ni se sabía y apostaba a ‘caballo ganador’. Está claro que en los deportes es una de las bases de su existencia, tienes que ganar a tu contrincante, pero ahí está la diferencia, ese gen competitivo no tiene por qué reinar en todos los ámbitos.

Ahora vienen mis ideas utópicas: hay cosas que no se realizan mediante concursos, por ejemplo, Balls al carrer es una mostra/festival y ni sufre de poca participación ni baja el nivel por ello. ¿Crees que seríamos capaces de dar un paso atrás y coger perspectiva? ¿O es que sin la competición nuestro mundo no sería lo mismo? ¿Es hora de pensar nuevas formas o lo dejamos tal y como está?

Tan sólo con planteárselo ya me parece un gran paso, no sé….  serán cosas de la edad.

Punxes okFugim del foc i caiguem en les brasses. Tengo la impresión de que el ‘mundo’ se ha confabulado contra las Fallas. Primero nos envía, perfectamente programada, una pandemia que nos paraliza prácticamente dos años, mermando seriamente la base vital de la fiesta y por tanto sus ingresos. Sobrevivimos a la misma y justo cuando iniciamos la recuperación y miramos hacia adelante, un tronado decide iniciar una guerra de ocupación que dispara los precios de todo, también de los materiales para fallas. Lo que yo digo, el ‘mundo’ es antifallero.

Sentir campanes o tocar a temps? No podemos afirmar ni lo uno ni lo otro, pero los vecinos del sur, els foguerers, han tocado a rebato y han organizado un ‘congreso’ sobre ‘Present i futur de la festa’, que no ha sido otra cosa que evidenciar la mala situación en la que se encuentran las comisiones de fogueres y la necesidad que tienen de apoyo administrativo.  Vamos, un SOS en toda regla.

Sense trellat. Y en medio del conflicto, se pusieron en marcha las mesas preparatorias del Congreso Fallero. Y la media de edad de las mismas da pánico. ¿Cómo es posible que los que tienen que vivir en un futuro bajo las normas reglamentarias que emanen de este congreso no estén en las mesas de organización y redacción del mismo? ¿Y cómo es posible que estén todos aquellos que ya han vivido todo bajo las actuales? No tiene sentido.

Sense llum. Y, por si fuera poco, nada, o casi nada, trasciende de la labor que estos ‘grupos’ están haciendo. Porque se supone que algo están haciendo, ¿no? Igual es que se encuentran bajo las mismas condiciones del Consejo de Ministros y han jurado guardar secreto sobre las deliberaciones de la mesa. Al final se convertirán en mesas de ruleta, donde una vez acabada la ronda del ‘hagan juego señores’, viene el ‘no va más’. Entonces la suerte está echada y dependeremos de la ‘bolita’. E la nave va, que diría Fellini.

Per a fer-se-ho mirar. Hablando de juventud. No sé si será solo una sensación íntima de este Punyeter pero la participación de la gente joven en las fallas decae de forma preocupante. Tengo la sensación de que aquellos ‘malalts de falles’ que han dedicado su vida a ‘educar mediante la inmersión fallera’ a sus hijas e hijos, han fracasado. Hemos fracasado. Ha ganado esta sociedad que pone por delante el entretenimiento al compromiso y te lo hace saber con un lacónico: “Tú lo haces porque te gusta”. Me encantaría equivocarme. Requiescat In Pace.

Malalts de ‘titulitis’. Una vez más se demuestra que las cosas hay que pensarlas bien antes de llevarlas a cabo. Día tras día hay más titulados como Técnico Superior Artista Fallero y Construcción de Escenografías. Así es, como también cada día hay menos especialistas profesionales que trabajen en los talleres falleros. La escasez de carpinteros, oficiales, capataces, etcétera complica cada día más la labor de los artistas falleros. ¿Para qué tanto título, si lo que hacía, y hace falta, es una escuela de ‘aprendizaje’ de los diferentes oficios que participan en la elaboración de una falla? ¡Toc, toc! ¿Que hay alguien?

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